Una vez llegados a los penaltis en la emocionante final de champions que vivimos ayer entre el Manchester U. y el Chelsea, nadie daba un duro por Van der Sar, los comentaristas se desahacían en elogios hacia Peter Czech y lo daban por determinante.
Ya en las semifinales contra el Barcelona, algún comentarista dijo de Van der Sar (para mi un grandísimo portero a la vieja usanza, a lo zubizarreta, poco vistoso pero siempre en su sitio) que era un portero que había pasado desapercibido en su carrera, que nadie le recuerda una gran parada.
Ahora sí, y además de las buenas, de tipo listo.
En la tanda de 5 penaltis los dos porteros habían estado correctos, Czech se encontró un balón en la cara y paró el mal penalty de Cristiano Ronaldo, mientras que Van der Sar acertó alguna dirección pero llegaba siempre tarde.
Hasta que llegó el momento decisivo, giggs había metido el 7º penalty del manchester y le tocaba a Anelka la papeleta de igualar la tanda, si fallaba perdían y ganaba el manchester.
En semejante coyuntura Van der Sar decidió apostar fuerte y usó el viejo truco del colegio de decirle al delantero hacia donde debe tirar (o hacia donde se va a tirar él, el caso es confundir) y esperar que pique y tirarse al otro lado. Y FUNCIONÓ.
Ya en las semifinales contra el Barcelona, algún comentarista dijo de Van der Sar (para mi un grandísimo portero a la vieja usanza, a lo zubizarreta, poco vistoso pero siempre en su sitio) que era un portero que había pasado desapercibido en su carrera, que nadie le recuerda una gran parada.
Ahora sí, y además de las buenas, de tipo listo.
En la tanda de 5 penaltis los dos porteros habían estado correctos, Czech se encontró un balón en la cara y paró el mal penalty de Cristiano Ronaldo, mientras que Van der Sar acertó alguna dirección pero llegaba siempre tarde.
Hasta que llegó el momento decisivo, giggs había metido el 7º penalty del manchester y le tocaba a Anelka la papeleta de igualar la tanda, si fallaba perdían y ganaba el manchester.
En semejante coyuntura Van der Sar decidió apostar fuerte y usó el viejo truco del colegio de decirle al delantero hacia donde debe tirar (o hacia donde se va a tirar él, el caso es confundir) y esperar que pique y tirarse al otro lado. Y FUNCIONÓ.
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